- ¿Que quieres que haga?
- Sálvame Dios mío.
- ¿En verdad crees que te puedo salvar?
- Sí Señor, Confío en Ti.
- Bien, entonces corta la cuerda…
Hubo un momento de silencio; y el hombre se aferró aun más a la cuerda.
Al día siguiente los rescatistas encontraron al hombre colgado, muerto, congelado y agarradas sus manos fuertemente a la cuerda... "A tan solo 40 centímetros del suelo".
Y tú? Que tan aferrado estas a tu cuerda? Te soltarías? Pasamos la vida aferrados a nuestra cuerda (nuestros "logros" profesiones, nuestros trabajos, vehículos) e incluso nos aferramos a "parejas" (que no nos valoran tal como somos) y Dios nos dice: Suéltala! yo tengo control de tu vida. Pero preferimos morir de frío atados a nuestra propia manera de vivir.
Hoy es el tiempo. Suelta la cuerda, que Dios tiene TODO en sus manos.
Intentar salir adelante solo o sola es una insenstez, puro egoísmo. La mejor forme de lograr los objetivos más grandes es haciéndolo en equipo, al hacerlo no solo uno contribuye con otros, sino que todos contribuyen para uno. Es que todos nos necesitamos, como dice san pablo: "Somos miembro los unos de los otros". Si no confiamos en los demás, a quienes vemos, menos confiaremos en Dios a quien no vemos.
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