viernes, 25 de noviembre de 2011

LA CUERDA

Un alpinista quería alcanzar la fama al escalar una altísima montaña, pero quería la gloria para él, se fue sin compañeros... Comenzó la escalada, se fue haciendo tarde, no quiso detenerse a acampar y siguió ascendiendo hasta que le sorprendió la noche encontrándose sin poder ver absolutamente nada y con un frío abrasador en la ultima pared a pocos metros de la cima resbaló y sentía como caía al vacío sin poder ver nada por la espesa oscuridad... Hasta que la cuerda se le enredó en el pie y quedo colgando en el aire. No se le ocurrió otra cosa que gritar: Ayúdame Dios mío!!! Se escuchó una voz grave del cielo que le contestó:

- ¿Que quieres que haga?
- Sálvame Dios mío.
- ¿En verdad crees que te puedo salvar?
- Sí Señor, Confío en Ti.
- Bien, entonces corta la cuerda… 

Hubo un momento de silencio; y el hombre se aferró aun más a la cuerda.
Al día siguiente los rescatistas encontraron al hombre colgado, muerto, congelado y agarradas sus manos fuertemente a la cuerda... "A tan solo 40 centímetros del suelo".

Y tú? Que tan aferrado estas a tu cuerda? Te soltarías? Pasamos la vida aferrados a nuestra cuerda (nuestros "logros" profesiones, nuestros trabajos, vehículos) e incluso nos aferramos a "parejas" (que no nos valoran tal como somos) y Dios nos dice: Suéltala! yo tengo control de tu vida. Pero preferimos morir de frío atados a nuestra propia manera de vivir.

Hoy es el tiempo. Suelta la cuerda, que Dios tiene TODO en sus manos.

1 comentario:

  1. Intentar salir adelante solo o sola es una insenstez, puro egoísmo. La mejor forme de lograr los objetivos más grandes es haciéndolo en equipo, al hacerlo no solo uno contribuye con otros, sino que todos contribuyen para uno. Es que todos nos necesitamos, como dice san pablo: "Somos miembro los unos de los otros". Si no confiamos en los demás, a quienes vemos, menos confiaremos en Dios a quien no vemos.

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